jueves, 23 de agosto de 2012

Hay en una oscuridad de océano nocturno y en calma un dolor de estómago que es llanto enlatado o pirañas.
No ser ni existir, reducirse a vacío, es deseo de anorexia, de no albergar nada en las entrañas. El cuerpo que rechaza digerirlo empequeñece, atragantado de sentimientos nobles que se revuelven hasta la náusea. El cuerpo enferma y la cabeza, que no encuentra el vacío, huye.

Es ese deseo de ser sólo los nudos del estómago, de sumergir la consciencia en los entresijos... Casi hace que el cuerpo olvide que el llanto desata la espinosa lazada.

1 comentario:

  1. Lo ves? Muy metafórico todo :) aunque sabes que me gusta mucho tu estilo!

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